Creemos tener el control de nuestras propias decisiones en todos los ámbitos de la vida, y como consumidores pensamos que nadie puede alterar nuestras decisiones de compra. Pero lo cierto es que nos dejamos influenciar por detalles a los que no les damos importancia, como por ejemplo el clima y, de manera más determinante, la temperatura.
Según una investigación desarrollada en la universidad de Sun Yat-Sen, confiamos más en la opinión de los demás cuando estamos en un entorno donde hace calor (24 o 25 grados), que en un entorno más frío (16 o 17 grados).
Si extrapolamos estos resultados al marketing de ventas, podemos deducir que durante los meses de más frío somos más calculadores y prudentes en nuestras decisiones, en cambio, durante los meses de verano, cuando aprieta el calor, somos desinteresados y sugestionables.
Lo cierto es que esta investigación no hace más que constatar algo que, en cierta manera, ya sabías: un día nublado, lluvioso y frío modifica tu estado tu ánimo y te vuele receloso y menos influenciable; en cambio, en un día despejado, soleado y de mucho calor te dejas persuadir más fácilmente.
Las multinacionales y grandes empresas conocen estas estadísticas y emplean un plan de marketing de ventas adecuado según la época del año. Saben perfectamente cuando, psicológicamente, somos más vulnerables ante técnicas de persuasión, y actúan en consecuencia publicitando sus productos en horas y días determinados donde lograrán un mayor índice de éxito.
Negocios y medianas o pequeñas empresas, sin medios suficientes para proponer encuestas o estudios de mercado, tal vez desconocen ciertas técnicas de venta poco agresivas, pero muy efectivas, que las nuevas tecnologías nos proporcionan. Una de estas es utilizar los SMS masivos como herramienta de marketing de ventas, que con la llegada del calor y nuestra demostrada vulnerabilidad, se convierte en el instrumento perfecto para llegar a miles de usuarios dispuestos a comprar tu producto.