Hoy en día se habla de distintos acontecimientos históricos y de cómo naciones, países, ciudades e incluso colectivos menores organizados han conseguido cumplir con sus objetivos de manera satisfactoria gracias a lo que ellos llaman «drivers estratégicos«. El término «estrategia«, etimológicamente, proviene del griego ‘strategos‘ que hace referencia a un plan trazado para conseguir un determinado propósito. Dichas estrategias suelen ir acompañadas de una serie de acciones planificadas que facilitan la toma de decisiones y también de una serie de tácticas que son la concreción de las medidas para llegar al objetivo.
Si bien es cierto que la estrategia se conoció por formar parte del mundo militar y bélico, actualmente no nos parece extraño verla y oír hablar de ella en el mundo de los negocios. Este hecho a permitido reformular y reflexionar acerca de una serie de conceptos y metodologías a fin de implementar un modelo más eficiente, rápido y eficaz.
Drivers estratégicos
Uno de los puntos más importantes a considerar es determinar qué vamos a ofertar a nuestros clientes o usuarios o, lo que es lo mismo, qué necesitan que nosotros podamos ofrecerles. En este proceso de decisión es importante conocer profundamente a los usuarios y su capacidad o voluntad para escoger nuestro producto o servicio por encima de los demás. Es lo que se conoce como definición de drivers estratégicos, es decir, de los factores que guían las ventas. En este ejercicio debemos entender lo que lleva a los clientes a consumir nuestro producto a fin de poder facilitarles el proceso y garantizar la mejor experiencia de compra o consumo posible.
La estrategia no consiste solo en definir, desarrollar y conseguir un objetivo, sino entender la empresa y convertirla en algo real y tangible, donde el objetivo último siempre sea ofrecer valor a los clientes, pero también crearlo de manera interna.