Cuando pensamos en marketing digital, es decir, cuando intentamos plantear una estrategia de marketing, debemos tener la precaución de no caer en la llamada miopía del marketing.
¿Sabes qué significa este concepto?
Cuando una persona sufre de miopía en la vista, su enfoque de la luz es incorrecto, de forma que los objetos lejanos le aparecen borrosos; de forma parecida en marketing digital podemos cometer el error de enfocar erróneamente.
¿Cuándo ocurre?
La miopía del marketing ocurre en aquellas empresas que en sus campañas de marketing se enfocan más en contar las bondades del producto que en las necesidades y anhelos de los potenciales clientes.
Más concretamente podríamos afirmar que si una empresa manifiesta que vende teléfonos móviles podríamos estar ante un caso de miopía del marketing: en lo que debería concentrarse la empresa (y de esa forma enviar el mensaje correcto al usuario) es en ofrecer soluciones para una comunicación cómoda y efectiva. Otro ejemplo para esclarecer el concepto: no se venden reportajes fotográficos personalizados, se ofrecen experiencias viviendo momentos especiales que perdurarán en el tiempo. Otro supuesto sería no enfocarse en proclamar que se venden colchones de calidad, sino en que el cliente tenga la posibilidad de obtener la solución definitiva para su relax y cuidado del sueño.
Este concepto, desarrollado a partir de 1960 por Theodore Levitt, sugiere a las marcas y empresas que se esfuercen en enfocarse en el cliente para poder después transmitirle los valores y beneficios que suscitarán sus productos en él, más que en basarse en las características del producto en sí. Somos miopes en marketing cuando no vemos de forma global las necesidades del cliente e insistimos en las bondades del producto.
Para solventar este enfoque incorrecto, hay que centrarse en conocer al cliente y sus necesidades, de forma que sea el producto el que se amolde a él.